Entonces
esa feminidad irremediable se convierte en la herramienta con la cual puedo yo
proponer ejercicios plásticos que intentan regresarme a lo global. Sí, es mi
bagaje, es lo que tengo, y esas piezas plásticas lo que intentan es
humanizarme, hacerme entender que no importa si soy mujer, si soy ecuatoriana,
si soy terrestre o etérea, como diría Oliverio Girondo. Simplemente soy. No
quiero más explicaciones, no las necesito.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
Despedida
El cielo de la añoranza me cubre, una dicotomía entre calidez en la piel y un frío que penetra hasta los huesos, se va pintando un lila suav...
-
Caminando en el bosque, entre tantos árboles me acerco a acariciar uno. Me dice: Sigue caminando, hay una niña perdida. Unos metros adelant...
-
Hace unos meses lloré tanto en una terapia que sentí que se me había secado el alma, no volví a llorar desde ahí, hasta hoy frente al cuad...
-
Hace unos 20 años la asociación de dermatólogos organizaba en Quito un Salón de arte y piel, mi obra ganó una mención honorífica "por p...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias