Visto del color que tengo el alma y mi sombrero
tiene la forma de mi sentir.
Voy descalza para necesitar abrigo, porque necesitar
abrigo es mi actitud errada.
El frío entra.
Y cuando hay lluvia sostengo el aire y lo suelto a
destiempo y desentono, pero mi tiempo y mi tono visten también del color que
tengo el alma.
A mi alma la suelto a desmomento, a desnudo, a decoro, a descontento,
porque ella tiene su propio minutero, su zafanudos, su do menor, su miel para
el invierno, su son y su pudor.
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