jueves, 15 de diciembre de 2016

P(o)etiza


P(o)etiza tenía en su dedo una pequeña deformación por apretar mucho el esfero, y en su mano entera el dolor cotidiano por estar escribe y escribe. De cansancio se quedó dormida con los papeles tirados por el suelo, con frases descoordinadas, sin musicalidad ni esencia. La despertó un toc-toc en la puerta, despeinada abrió, era una ilusión, mejor dicho un ilusiono, uno de sus personajes idealizados venía a reclamar justicia: No soy el que describes, que sí eres, que no, que sí. Además, no pones tildes ni comas, no quiero ser el personaje de una escritora imperfecta, que no soy tan imperfecta, que sí. Y para evitar que él encontrara sus frases sin musicalidad ni esencia, corrió para recogerlas pero resbaló con las comas y cayó de cabeza esparciendo las tildes por doquier. Él, decepcionado por el desorden se marchó.

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