viernes, 22 de mayo de 2020

Sexagésimo séptimo día

Como preparación al parto me inscribí a un curso de relajación, me dejaba llevar tan fácilmente en la meditación guiada que cuando la profesora nos hacía imaginar un limón, las otras mamás lo imaginaban y yo... yo salivaba, después de pasar del pánico a la calma según las situaciones en las que nos ponían, fui la única en la sesión que no podía parar de llorar cuando había que imaginar una situación grave con respecto al alumbramiento, al final de la clase recuerdo que a la profesora le habían gustado mis medias de colores estilo japonés, pero sobre todo recuerdo que me aconsejó que pase a ver inmediatamente al doctor para que añada en mi dossier "hipersensibilidad" para que en el caso de una situación grave el equipo utilice palabras apropiadas para que yo no entre en pánico, y así fue, era raro ver la forma medio exagerada en que me decían que todo estaba "superbien" pero con la expresión de la mirada no decían lo mismo, aún faltaban 7 semanas, preeclampsia ha sido, grave ha sido, pero para darme seguridad me sostenían con su sonrisa, el doctor me explicaba todo tan lindo, el parto fue como una meditación, la experiencia del presente en todo su esplendor, sí estaba asustada, pero al mismo tiempo recordaba que ña' Tomasa había prometido estar conmigo y que mi comisión espiritual no me dejaría sola ni un instante.

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