viernes, 26 de junio de 2020

Los neologismos en la cuentística de Julio Cortázar


Vanessa Padilla A.
26 de junio de 2020

Sobre la decisión de estudiar la obra de Cortázar, debo decir que al dejar el Ecuador intenté continuar mis estudios en varias universidades de Alemania y Francia en las que mi candidatura fue rechazada durante 5 años, entonces, descorazonada renuncié a la idea de estudiar, pero un día me encontré frente a la tumba de Cortázar y pensé en lo lindo que sería estudiar su obra y le prometí que si en un último intento logro ser aceptada, entonces le dedicaría mi trabajo como un homenaje, y afortunadamente sucedió en la Universidad Nanterre.

Hace dos años realicé una investigación sobre los Íncipiten la obra cortaziana, con un resultado no muy satisfactorio, que resultó en la prohibición de continuar investigando al autor, precisamente porque una de las falencias en el trabajo fue mi apego emocional a Cortázar y a su obra, lo que no me permitió realizar una investigación suficientemente objetiva, además que el redactarla en francés hizo que fuera un trabajo sumamente difícil.

Me resultaba muy triste renunciar a investigar su obra, porque me interesa mucho, pero sobre todo porque hay una promesa de por medio. Afortunadamente en la lingüística encontré una posibilidad de realizar un estudio menos subjetivo, debía aprovechar que la redactaría en español y este nuevo trabajo sería una forma de reivindicación frente al anterior fracaso, aunque en términos de metodología y objetividad todavía hay mucho por mejorar. Vengo de una formación artística, latinoamericana, muy distinta a la que los estudiantes europeos tienen, y aunque me considero muy metódica en muchas cosas, me ha costado mucho adaptarme a la estructura y a la linealidad con que se genera el conocimiento aquí.

Con esta investigación he intentado descubrir si Cortázar tiene un mecanismo de creación de palabras, pero he tenido que empezar desde cero, desde conocer qué es un neologismo y en el camino aparecieron cosas interesantes que fui incluyendo en la investigación, como la hegemonía de la institución, que me pareció tal vez imprudente, pero importante, porque era mi oportunidad de expresarme al respecto, tratando de alinearme a la objetividad que debía guardar, también me encantaron los testimonios del autor que invalidan los análisis, o hallar fotografías que contradicen lo que los biógrafos han escrito, porque pone en duda las afirmaciones, es decir, que nos invitan a cuestionar la veracidad de la información. 

Para todo esto, al inicio pude aprovechar los recursos de la biblioteca, pero por problemas de salud esta investigación se tuvo que alargar un año más, y luego fue difícil visitar las bibliotecas con mi bebé, entonces vi que la solución sería comprar los libros o investigar en fuentes digitales, la dificultad con comprar es que algunos libros al hacer el pedido pasaban meses y no llegaban o llegaba la cancelación, y en los medios digitales fue sólo una cuestión de falta de costumbre de leer en una pantalla o la nostalgia del libro de papel. Algunos textos que me había sugerido mi directora, finalmente no los pude consultar, pero mientras los buscaba encontraba otros que también fueron muy interesantes. El acceso a la información digital, en un tiempo como el que nos ha tocado vivir, es un regalo maravilloso.

Al principio sentía a lingüística como un terreno muy intelectual y muy difícil explorar, pero debía lanzarme, mientras más leía me sentía más implicada y hasta una vez me soñé hablando de neologismos, es decir, que hasta inconscientemente estaba involucrada con el tema, hallando neologismos en todas partes, sobre todo en casa donde creamos muchos neologismos, pero porque nos toca hablar en varias lenguas que no dominamos.

Sobre el proceso y las etapas, hemos tenido algunas reuniones para revisar los avances, y he sentido total libertad para redactar, consultando a mi directora cada vez que ha sido necesario, pero sintiendo la responsabilidad de hacerlo mejor que antes y a veces desapareciendo por algunos lapsos, pero porque estaba muy metida en el proceso. Ha sido un reto muy grande.

La selección de los cuentos de Cortázar para la investigación se redujo a 30 y ya avanzado el trabajo sentía pena de no haber elegido mis cuentos favoritos, pero pensaba que es mejor así por eso de la objetividad. En una primera lectura hemos hallado posibles neologismos, era una cantidad enorme, pero luego de comprobar si están registrados en el diccionario, la cantidad disminuyó, es decir que una gran parte correspondían a palabras que desconocía y que por eso las consideraba como neologismos, luego debimos clasificarlos de tal manera que fuera posible hacer un análisis que se pudiera realizar en el nuevo tiempo previsto. 

Sobre la pregunta planteada de cuáles son los mecanismos que Cortázar utiliza para crear nuevas palabras, he respondido que la libertad y la creatividad son elementos infaltables en el proceso de creación neológica, Cortázar dice que no existen reglas en el cuento, y aunque no haya en su metodología un horario de trabajo, u otras rutinas, creo que sí hay una rigurosidad en otros aspectos, como dejarse guiar por la intuición, como otorgarle un gran valor a la sonoridad de las palabras, sí tiene reglas, pero quien las determina es él. Para crear neologismos el autor tiene una actitud abierta, irreverente y audaz y también una aptitud enriquecida por sus conocimientos de literatura, arte, música, de lenguas y de temas variados y una gran sensibilidad hacia lo que le rodea. 

Hay muchas preguntas que quedan abiertas, creo que en general esa fue la parte más interesante durante la investigación y es que durante el proceso sabía que habría más preguntas que respuestas, pero eso genera curiosidad y ganas de descubrir y de aprender. Por ejemplo, me pregunto ¿por qué se mantiene la hegemonía de la lengua tan alejada de la realidad del uso? ¿por qué la subjetividad le resta eficacia a una investigación? ¿si hubiera elegido mis cuentos favoritos, los resultados habrían cambiado? ¿cuál habría sido el resultado habiendo investigado una muestra más grande? a lo mejor la libertad y la creatividad, la comunicación y lo estético habrían también sido el resultado.

Desde el inicio entendí a los neologismos como una creación fundamental para la vitalidad de la lengua y una necesidad comunicativa y estética, y creo que al final mantengo esta idea, pero también creo que los elementos primordiales son la libertad y la creatividad y una actitud política, una toma de postura. Pienso que Cortázar sí tiene un mecanismo de creación de palabras: se permite ser libre y creativo, busca desarrollar su estilo personal dando fuerza a lo estético y lo sonoro de la palabra. 

Uno de los aprendizajes más importantes a nivel personal que obtuve en este proceso, es que la obra de Cortázar y de otros autores puede ser leída de otra manera a la que yo estaba acostumbrada, tengo una emoción muy grande al poder reflexionar sobre la lengua cuando leo, hablo o escucho a alguien, me gusta pensar en la idea de las otras lenguas que se insertan. 

Durante las lecturas descubrí que las cartas del autor son sumamente interesantes, y que, si en el futuro pudiera continuar investigando, me gustaría estudiar los préstamos de otras lenguas en la correspondencia de Cortázar, porque al tratarse de una escritura íntima, menos ficcional que los cuentos, probablemente su utilización tenga otras motivaciones, o me interesaría también estudiar la inserción de títulos de obras pictóricas en su trabajo literario. 

Para concluir, me gustaría decir que conocer un poco mejor la lingüística me ha ayudado a cambiar mi manera de leer, he hallado una conexión entre la lingüística y algo que fui aprendiendo cuando inició la pandemia: la percusión corporal, y es que yo canto y siempre tuve una aproximación a la música sobre todo a partir de la letra de las canciones y la melodía, pero empecé a escuchar la música desde su ritmo, a comprender su estructura, las partes que la integran y es exactamente lo que me pasa con la lingüística y es que no me quita el deleite de un texto sino que me permite comprenderlo y disfrutarlo más. Es una experiencia nueva descubrir a la palabra fragmentada, cuando antes la prioridad fue la sonoridad, y descubrir que sin duda guarda un porqué, que no siempre se responde.

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