miércoles, 30 de septiembre de 2020

Escritura creativa

Por Marlene Guamán 

Una pequeña historia en gris…

Había empezado como un resfrío, hasta parecía que la época del año se prestaba para ello, pensábamos que era exceso de frío nada más, mas, en cuestión de días la gente iba desapareciendo, nadie sabía qué es lo que sucedía. Aquella noche aún no llegaba a su mitad, pero toda la familia debió reunirse en casa del abuelo, sabían que algo pasaría en el pueblo, sólo había absoluto silencio, las horas pasaban y el silencio era ensordecedor. Pasaban las horas y sólo el canto del reloj se podía escuchar, parecía que por las rendijas algo se filtraba, algo incoloro e insaboro, una masa extraña, que acechaba sin piedad, pero nadie reaccionaba, sólo las miradas se cruzaban corriendo despavoridas de un lugar a otro compartiendo el miedo que era lo único que sobraba. De pronto un quejido fuerte estalló como ahogándose la vida, todos nos asustamos, era mi abuelito, algo entró en él sin darnos cuenta, pero lo estaba comiendo por dentro. (literal) Quisimos todos acogerlo pero sólo mi abuela se acercó impidiéndonos el paso, ella nos rogó que salgamos del lugar, que los dejemos ahí, no quisimos hacerlo, pero ella rogó, hasta la amenaza entre súplicas, ella sabía que también lo tenía dentro, se sabía ya mal habitada, pero era más fuerte que el abuelo, dijo que lo cuidaría hasta el último minuto y que luego dejaría que la invada por completo, nosotros mientras tanto tendríamos tiempo para huir lejos, muy lejos, donde aquello, no pueda alcanzarnos… Hoy celebramos la vida, la de los abuelos.

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