Por Vanessa Padilla
Para Nena
Emprender este viaje es una aventura hacia lo incierto, la carga está pesada pero mis apegos son más fuertes que mi necesidad de liviandad, tengo emoción por lo que puedo encontrar en el trayecto, pero llegar a la meta me asusta, no sé si la experiencia que me aguarda es lo que quisiera vivir, si embargo allá voy, con mi baúl cargado de un gran peso peso simbólico, que me da seguridad, que me ata de raíz a mi origen, cada cosa, aunque pese me reconforta, me arrulla, me abriga, me protege, me alienta, los olores, colores y texturas hacen que esta carga valga la pena, el camino es largo y es también incierto aunque el billete tenga inscrito el destino, sé que el camino se va abriendo a cada paso y en mi alma voy llevando tanto más de lo que puede entrar en un baúl, llevo recuerdos, llevo nostalgias, esas pesan aún mas, pero ahora debo abandonarlo casi todo, como si no fuera suficiente todo lo que dejé atrás, llevaré conmigo a mi Nena, sé que debo crecer y saber que tal vez no estoy para muñecas, pero definitivamente no quiero abandonar el símbolo que esta muñeca de trapo encierra para mí, además de la dulzura, la flexibilidad, la inocencia, el saber dar afecto sin miedo a no recibirlo de vuelta, a portar ropitas y recuerdos, a que abrazar fuerte cura cualquier mal. Este viaje lo continuaré con los pies descalzos, para sentir el camino en todo el cuerpo, la vida me impone a veces el apego a tantas cosas pero mis pies se lastiman menos cuando camino ligero y casi puedo volar, Nena me acompaña y aunque alguna vez ya la he perdido, afortunadamente apareció y me enseñó que lo importante es que no me pierda a mí misma, para poder abrazarme en el recuerdo de quien fui al partir, en la certeza de quien soy en el trayecto, y dispuesta a transformarme en una mejor versión de mí misma al llegar.
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