Por Andrea Enríquez
Un personaje descubre una obra de arte de otra época en la que está representado su rostro, el diálogo se da entre los dos, el del tiempo presente y el del pasado.
Rojo
Ayer volví a encontrarte, encontrarnos, en una imagen de un libro antiguo. Hablaba sobre medicina ancestral y el poder de las plantas. Te vi, nos vi, en una imagen en donde un grupo de mujeres estaban en la orilla de un río, tiñendo textiles y lavando a sus niños. Tú estabas al frente de una olla gigante en la cual metían los textiles para sellar el color cocinándolos. No me has contado hasta ahora por qué vivías ahí, quién eras en ese lugar, ¿por qué tienes mi rostro? Desde nuestro primer encuentro he seguido buscando y rastreando todos estos libros en los que he encontrado mi rostro en ti, tal como tú señalaste. Pero nunca me dices cuál es el objetivo. Estoy harta, yo no acepté esta misión, tú me la has impuesto y ni siquiera me has dicho para qué. Siempre después de verme en estas imágenes tan antiguas, en situaciones tan ajenas a mí, tengo pesadillas en las noches. No toco esas imágenes más que con mi mirada, me afectan en el tacto, en el oído, en todos mis sentidos, siento que me hacen daño. ¡Es tú rostro! ¿Cómo que, recordarás? ¿Acaso la mujer de las imágenes no eres tú? ¿Estás diciendo que soy yo? Una cosa es que tengamos el mismo rostro, pero yo nunca he vivido esas experiencias plasmadas en las imágenes. ¡Esto es más confuso aún! ¿Y quién eres tú? Basta, estoy loca verdad, definitivamente me volví loca. Tú y toda esta historia son solo un invento mío. Todo esto está solo en mi cabeza. Siento mucho miedo, siento que estoy perdida.
Púrpura
Y esta vez, ¿en qué clase de libros nos viste? Mmm… recuerdo ese día… Ten paciencia, es necesario que recolectes todas estas memorias para poder hablar de algo más, por ahora sigue siendo perseverante en encontrar todas estas imágenes. Tienes que ser fuerte…Es tu rostro el que buscas. Jajaja… es nuestro rostro en realidad. Pronto recordarás. Debes calmarte para que puedas comprender la complejidad de este lazo de tiempo. No eres tú, la mujer de las imágenes no eres tú como tal, eres lo que fuiste en ese instante de tu existencia y hoy esas imágenes son tus recuerdos, recuerdos de tu yo de ese momento. Tú. No es solo un invento tuyo, es un invento mío, es un invento en diferentes momentos del tiempo, eres tú en la historia, en el devenir del tiempo, eres tú hoy, eres tú yo, eres tú mañana. Tranquila, eso es lo que debes sentir en este camino de encontrarte a ti misma. Nadie que no se sienta perdido está listo para encontrarse.
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