martes, 1 de marzo de 2022

Escritura creativa

Rostros y máscaras

Por Cantariega

 Mis ojos son todo lo que puedo ver de mí, pero no me alcanza para descifrar quién soy, probablemente soy más que estos párpados y pestañas. Son como capulíes mis ojos y se abren a descubrir los colores del mundo, el cielo en la alborada, las estrellas en medio de la negrura, ciertas arrugas se empiezan a dibujar de cansancio pero se ocultan y predomina la parte que se muestra a los otros, la frescura, la alegría, la disciplina y todo lo que los otros esperan hallar, es una máscara para satisfacer, para ser aceptada, la perfecta, la que está para todo el mundo, la que trabaja sin parar, la que no se cansa, la que acepta todo, la que soporta todo, cualquier intento que quitármela me ha costado muy caro, las represalias son muy duras, insoportables, prefiero portarla a veces para que la subsistencia sea menos amarga, pero cómo pesa, está pegada a un rostro que desconozco por la fuerza de la costumbre, y cualquier intento inconsciente de liberarme me llena del frío atroz del rechazo y de la decepción, de día soy eso que todos esperan, de día no soy yo... 

 

Al caer la tarde los colores del cielo se transforman como si la paleta que lo pintara hubiera sido de otro pintor, las sombras se intensifican y los contraluces aumentan, mi rostro se transforma en alguien un poco más parecido a lo que yo podría ser, no me importa la aceptación o el rechazo, ya no me importa la belleza o la fealdad, no distingo entre el amor o el odio, la vida o la muerte me dan igual, estoy frente a la tela dejando que los pinceles se muevan como lo hacen las alas de las mariposas, su sutil agitar me permite respirar, el movimiento me saca del estancamiento en el que me sumo al querer usar los colores de agradar, pero esta máscara tampoco me representa del todo, probablemente soy todavía un poco más que estos párpados y pestañas, los capulíes se abren a descubrir los colores del lienzo, el cielo en el anochecer, las nubes que descargan su lluvia, soy más feliz, por la noche soy un poco más yo...

 

Cada máscara es un esbozo de lo que quiero y no quiero ser, sólo en el trance del sueño puedo encontrarme y reconocerme, sin rostro pero con sonrisa, sin piel pero con sensibilidad, sin mirada pero con contemplación. ¿Cómo puedo ser más yo cuando casi estoy ausente de mi propio cuerpo, poco a poco me voy haciendo inmaterial, tan yo que no tengo palabras, hasta que los destellos de la aurora comienzan a resplandecer nuevamente y vuelvo a ser la perfecta, puntual, hábil y talentosa portadora de máscaras en un mundo impostor y exigente, luego soy creativa y perspicaz pincel en mano, hasta que finalmente el nuevo ciclo me introduzca en el sueño de poder ser enteramente yo: un universo indefinible e infinito que cabe en las pupilas.

 

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