Esta garúa es lo que soy: el devaneo de una llovizna. Mi tormenta tiene de vos unas gotas que llueven sin nube.
Nunca sentí mi rincón tan distante, tan lejano aunque lo habito (si es que habitar es estar sin estar). Aprendí de tu arquitectura a desplegarme en espacio de equis, ye y zeta, aunque me importa poco entender dimensión alguna...