miércoles, 2 de diciembre de 2020

Escritura creativa

Aurora Boreal

Por Andrea Enríquez

El baúl está lleno de ilusión, transporta los sueños, los deseos y la curiosidad junto conmigo. Las cosas materiales en su interior, más allá de su funcionalidad, cumplen un importante rol simbólico que los vuelve imprescindibles para vivir esta experiencia. La cámara me permite perpetuar mi mirada, me permite compartir lo que yo veo. La libreta es mi diario y mi memoria, hace que todo tenga sentido en el tiempo. La cajita de la calaca me acompaña desde mi primer viaje, cumpliendo diferentes funciones en cada ocasión, ahora guarda un pedazo de mi alma en humo. Todo lo tejido, el cintillo que uso como cuello, los guantes morados que no tienen dedos, la capa azul con su capucha y las infalibles botas, son fundamentales para poder resistir las frías noches en las que busco desvelarme. Mientras me acerco al lugar, me doy cuenta que una a una las cosas que me parecían importantes han empezado a desaparecer, ya no hay la cámara, ni la libreta, nada cubre mi piel… proporcionalmente a que dejan de existir estas cosas materiales, dejan de importar. Todo puede quedar atrás, entiendo que sólo necesito lo que no pesa, lo que no es material… mientras tenga este objetivo por cumplir y la ilusión por vivir esta experiencia todo se puede quedar atrás… Los colores, el sonido, el frío, la noche… yo no podría guardarlas en ningún baúl, sólo en mí. No necesito nada más allá de lo que soy. Pienso en las cosas que perdí, no las extraño, sólo las recuerdo. Pensé que las necesitaba para poder seguir, y sólo después de esta deconstrucción me doy cuenta que no; eran pesadas, sirvieron como herramientas en algún momento, pero no son parte de mí. Cuando llegué finalmente al lugar, corrí bajo el firmamento, sintiendo la electricidad que destellaba del cielo como una corriente de energía cósmica sobre mi cuerpo, directamente en la piel, que bueno que no llevaba la capa. Siento la textura y el frío de la nieve en los pies, que bueno que no tengo botas. Qué bueno que sólo me tenía a mí, ninguna de las experiencias y sensaciones percibidas durante esta noche cabría en ningún tipo de cofre.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Gracias

Arte y piel

Hace unos 20 años la asociación de dermatólogos organizaba en Quito un Salón de arte y piel, mi obra ganó una mención honorífica "por p...