jueves, 8 de julio de 2021

Escritura creativa

Por Vanessa Padilla

Siempre poderosa e imponente, con su mirada perspicaz y su canto profundo, se proponía acallar a los demás para que la escuchen, detrás de esa máscara de gran pájara se ocultaba a una temblorosa pajarita, cuyas tonadas no eran más que pedidos de ternura, de aprobación, pero no se atrevía a pedirlos mostrando vulnerabilidad, sino que se disfrazaba de ardiente y majestuosa, porque algo de eso había en ella, pero en muy poca medida. Una de sus melodías más lindas llegó a oídos de un cantor de verdad, un señor cantor, uno que no usaba máscara porque su voz era lo que era él y basta. Escuchó el canto de ella y se dio cuenta desde el primer instante de que no se trataba de una gran pájara sino de pajarita, y que por supuesto no era él quien debía asumir el rol de cariñoso, sino que simplemente podría enseñarle que al cantarle a la vida ella aprendería que las máscaras se caen por el peso de la existencia misma, y que lo que está detrás del disfraz es el ave que se convierte en su propio canto. Cantó pajarita muy fuerte, melodías lindamente elaboradas, pero cuando un día se dejó llevar por el sentimiento de su canción no pudo más sostener la máscara y ésta cayó despedazándose por completo, no habría más remedio que ser ella misma, la temblorosa e insegura pajarita, que finalmente se muestra al mundo tal y como es, vulnerable, extremadamente emotiva, temerosa de no ser lo suficientemente linda y fuerte para merecer los afectos ajenos, inmediatamente cerró los ojos y se imaginó por dentro como si fuera esa otra que la máscara le permitía ser, pero el pájaro cantor se acercó y le dijo que los abriera y cante sólo lo que venga de su alma, que no hay nada que temer a ser pequeña, ni vulnerable, lo importante es crear y compartir ese vuelo maravilloso de la libertad, la sutileza del beso, la locura del susurro, el abrazo de la amistad... el canto del corazón, para eso no se necesita fuerza, ni ímpetu, se necesita ser quien uno es, la invitó a mirarlo fijamente, el contacto los hizo callar y fue en ese silencio maravilloso y profundo en el que descubrió que también él era frágil, vulnerable, pequeño, que la potencia de su canto provenía de la tenacidad de su alma, de su lucha para alcanzar sus sueños, ese silencio fue la esencia de las melodías que vinieron a continuación y aunque nunca canten juntos, ni vuelen en el mismo cielo, pajarita y el pájaro cantor saben que en el silencio se encuentra oculta siempre una nueva canción.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Gracias

Despedida

El cielo de la añoranza me cubre, una dicotomía entre calidez en la piel y un frío que penetra hasta los huesos, se va pintando un lila suav...