miércoles, 7 de julio de 2021

Escritura creativa

Por Marlene Arévalo 
Carlos acudía con frecuencia al bosque, con su perro Rex, compañero inseparable.
Le llamaba la atención los árboles frondosos, la hierba abundante y verde, el ambiente húmedo, el canto de los pájaros y el ruido de las ramas cuando chocan a causa del viento.
En una de estas visitas, su perro, a quien en el camino se le habían pegado unas hojas y ramas secas en su cabeza, mientras corría accidentalmente chocó con una piedra quedando malherido, su dueño intentó ayudarlo, no pudo hacerlo por el exagerado peso del animal que impedía su traslado del lugar, además de encontrarse lejos del poblado.
Ante esta situación decidió ir en busca de ayuda.
A pesar del dolor Rex, con sus patas intentaba quitar las hojas y ramas de su cabeza, lográndolo después de varios intentos.
Sus aullidos lastimeros clamaban por ayuda, el intenso sol le producía un calor insoportable, literalmente, moría de sed. Acudieron hacia él unos gorriones que se encontraban en los árboles aledaños, vieron cómo sufría el animalito.
Volaron hacia un riachuelo cercano por varias ocasiones, en sus picos llevaban gotas de agua que ponían en el hocico de Rex, quien saboreaba esas diminutas gotas.
Carlos llegó con ayuda para trasladar a su amigo a un lugar donde pudieran atenderlo.
Los gorriones se alejaron.
Moraleja: No importa qué tan  pequeña sea la ayuda que prestemos al prójimo, ésta puede salvar vidas.

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